sábado, 22 de junio de 2013

Un poema de Lorenzo Oliván

EL ROSTRO DE LAS COSAS

Nunca mires las cosas
tan solo con tus ojos.
Intenta imaginar en tu interior
cómo se miran ellas a sí mismas.
¿Un charco gris con luna
es solo un charco? ¿El viento que hace un alto
en su camino deja de ser viento?
¿La madera de un árbol vuelto mueble
ya no siente los nervios que la cruzan?

Todo tiene otro rostro, y no es el rostro
jamás de lo aparente. Cada cosa,
asomada a lo que es nos da la espalda
y se abisma en saber qué esconde dentro.

Asómate a ese vértigo sutil
en que la irrealidad se hace evidencia.
La más común ceguera de este mundo
es ver tan solo lo que todos ven.

LORENZO OLIVÁN


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