viernes, 9 de agosto de 2013

Un poema de Eduardo Chirinos

EL DÍA EN QUE PERDIMOS A PLUTÓN


Le seguía en orden a Saturno (el que devoraba
a sus hijos) y a Urano (la bóveda del cielo).
Después de él no había nadie: la canción se
terminaba y otra vez comenzaba el silencio.
Era divertido memorizar planetas. Entonces
eran nueve (ni más ni menos que las musas)
y con un modesto telescopio se podían ver
algunas noches. Pero Plutón era imposible.
Su reino era el Hades. Allí vivía, refunfuñando
en un planeta que nadie se atrevía a visitar.
De niño lo imaginaba gigante y barbudo,
el más celoso e implacable guardián de
los infiernos. Por algo decían que no era
buen tipo. Su luna era Caronte y además
le había hecho esa maldad a Proserpina.
¿Qué era eso de raptarla y dejarnos en la
blanca miseria del invierno? Los astrónomos
son gente vengativa. Su reino duró apenas
unos años, casi los mismos que vivió mi padre.
El día en que perdimos a Plutón las tiendas
abrieron como siempre. Hacía un poco de frío.

EDUARDO CHIRINOS


lunes, 5 de agosto de 2013

Un poema de Rafael Escobar

NUEVOS Y REVELADORES DATOS SOBRE LA INUTILIDAD DE LA POESÍA

En el S.XIII, San Francisco de Asís,
anarquista inconsciente de sí mismo,
dio otra vuelta de tuerca a la heterodoxia espiritual
como inventor del milagro estético, dudosamente utilitario,
y es que antes del místico de Perugia,
los prodigios eran un protocolo de insufrible pragmatismo:
que si la tormenta me ha destrozado la techumbre del granero,
que si mi hija tiene pústulas rojas en la boca,
que si me he muerto,
toda una usurpación burda e interesada de las potencias divinas
como si Dios fuera un papá barrigudo y dominguero
que mata el tiempo con ñapas, con chapuzas de bricolaje
para los inoperantes niños de sus ojos,
pero el buen padrecito no: dialogar con los peces del lago Rieti,
cantar a dúo con las cigarras, hacer hablar a los pájaros….
¿cómo, a cuento de qué
ese despilfarro gratuito de efectos mágicos,
de poderes ultraterrenos que mejor podrían invertirse
en multiplicar honra y patrimonio?.
Porque es bello.
Se convirtió Francisco así, siglos antes que San Juan de la Cruz,
En el primer reivindicador de la dignidad de lo inservible,
Y detrás de él vinimos todos los demás,
Los poetas cenizos que ofendemos la memoria colectiva,
la democracia y el sentido común,
Con apuntes terribles sobre el cierzo que nadie nos pidió,
Cúlpenlo a él, pues, y déjennos tranquilos,
fabulando nuestros cantos de sirena para no advertir
Que hace tiempo nos travestimos en tan nadie
Que ningún poder se toma ya la molestia de asesinarnos.

RAFAEL ESCOBAR SÁNCHEZ


miércoles, 31 de julio de 2013

Un poema de José Luis Puerto

Yo conozco el jadeo
de la respiración,
los vaivenes del asma en las alcobas.
Maderas entregadas a lo oscuro,
geometrías de catres,
estampas enmarcadas.
Y el pálpito del hombre
que pierde
entre sus labios el hilo del aire.
Entonces, las palabreas del amparo:
-Abuelo, no se apure.

JOSÉ LUIS PUERTO


lunes, 22 de julio de 2013

un poema de Luisa Castro

INOCENCIA

Se acabó la inocencia.
Era una bebida empalagosa y breve,
una comida exótica,
ahora ya lo sé.

La probé.

De esas cosas que se toman un día
y siempre las recuerdas,
de esa gente que te encuentras
y no vuelves a ver.

Nunca sabrás lo que pasaría
en el banco de la inocencia.
Con los pies colgando
allí sólo vive la gente que no recuerdas,
lo que nunca ha pasado.

Te sentaste un momento
a escuchar desde lejos la orquesta.
Era duro y solitario
el banco de la inocencia.
Demasiada prisa en volver
como para no olvidarte algo.

Ahora ya lo sabes,
la inocencia es esa gente
que se quedó tu chaqueta.

LUISA CASTRO



viernes, 12 de julio de 2013

Un poema de "Los ojos del extraño", de Vicente Gallego

LAS TARDES

Ya casi no recuerdo las mañanas,
su tiempo azul y claro,
lejos quedan, perdidas en colegios
o en piscinas extrañas e indolentes.

Porque sentimos duro el despertar
retrasamos ahora
la luz que nos fatiga los despegados ojos.
Y es un destino oscuro el de las tardes,
en ellas aprendí que llegará la noche,
y que es inútil
cualquier esfuerzo por burlar la historia
equivocada y triste de los años.
He vivido en la espera absurda de la vida,
cuando he gozado
ha sido con reservas; amé creyendo en el amor
que habría luego de venir, y que faltó a la cita,
y renuncié al placer por la promesa
de una dicha más alta en el futuro incierto.

Pero los días, al pasar, no son
el generoso rey que cumple su palabra,
sino el ladrón taimado que nos miente.
Con su certeza
nos convierte la edad en más mezquinos,
nos enseña a amar lo que nos duele,
las cosas más pequeñas, aquello que ahora somos
y tenemos: la música suave, nuestros cuerpos,
el calor de la estancia y el cansancio.
Buscamos la derrota de las tardes, su tregua
en la exigencia vana de una gloria
que ya no nos seduce. Nos convierte
la edad en más obscenos, y aceptamos
cualquier regalo aunque parezca pobre:
esa boca gastada por el uso, tan dulce aún,
el fuego antiguo y leve de la carne,
los viejos libros, los amigos justos,
un poema mediocre, pero nuestro,
y la costumbre extraña
de ser al fin felices en la sombra.

Es un destino oscuro el de las tardes,
pero también hermoso
y breve como el paso de los hombres.

VICENTE GALLEGO


jueves, 27 de junio de 2013

Paisaje con niñas, un poema de Peces transparentes

PAISAJE CON NIÑAS

Esther y yo.

Escondidas dentro de una llanura interminable.

El suelo es ocre,
a juego con los gorros.

Los abrigos abrochados hasta arriba.

Lo mismo que los labios,
que no recuerdan ya cuántas palabras
van a tener que guardarse entre los dientes
algún día lejano.

Los ojos no aparecen en la foto,
porque están recorriendo no se sabe
qué países de piel de caramelo.

Esther y yo.

Dentro de una llanura interminable.

JULIA CONEJO ALONSO




sábado, 22 de junio de 2013

Un poema de Lorenzo Oliván

EL ROSTRO DE LAS COSAS

Nunca mires las cosas
tan solo con tus ojos.
Intenta imaginar en tu interior
cómo se miran ellas a sí mismas.
¿Un charco gris con luna
es solo un charco? ¿El viento que hace un alto
en su camino deja de ser viento?
¿La madera de un árbol vuelto mueble
ya no siente los nervios que la cruzan?

Todo tiene otro rostro, y no es el rostro
jamás de lo aparente. Cada cosa,
asomada a lo que es nos da la espalda
y se abisma en saber qué esconde dentro.

Asómate a ese vértigo sutil
en que la irrealidad se hace evidencia.
La más común ceguera de este mundo
es ver tan solo lo que todos ven.

LORENZO OLIVÁN