lunes, 29 de diciembre de 2014

Semejanzas, un poema de "Muñecas recortables"


SEMEJANZAS



En algún rincón de esta vieja casa

-con paredes de colores

que antes eran estampadas-

tú sigues cantando, como aquellas nochebuenas,

a la niña de bizcocho

que era yo.



Tú sí hubieras entendido:

El entramado amargo de mi alma

está compuesto

con el mismo tejido

que formaba la tuya.



Tú si hubieras escuchado:

Mi llanto tiene acordes aprendidos

en los pliegues sinuosos de tu cara.



Me hubieses mirado

con ternura infinita.

Me hubieses hablado

del dolor de existir,

con el corazón a la intemperie,

desangrándose

en todos los rincones.



¡Qué dura es la vida –hubieras dicho-

en esta parte del país!



Y yo me hubiese sentido
un poco menos vencida. 

JULIA CONEJO


viernes, 21 de noviembre de 2014

Un poema de Antonio Hernández

El destierro es la vejez, la vejez
sin salir de la propia casa
hipotecada, embargada, del cuerpo.,
Le quedó en otro tiempo no lejano
la esperanza de regresar un buen día a la tierra
en donde vivaquea la ternura,
la embriaguez sin vino que se llama emoción,
la apretada sencillez del abrazo.
Pero a un anciano sólo le queda recordar
utilizar con tino la última bala del revólver,
echarse, involuntario, cimarrón embebido,
al monte en las procelas del naufragio,
sin salvavidas, solo con la memoria enferma
recordar, recordar, cangrejo de las lágrimas.

ANTONIO HERNÁNDEZ


martes, 18 de noviembre de 2014

Un poema de "El lujo de la tristeza", de Ángel Petisme

EL LUJO DE LA TRISTEZA

Eres un hombre a quien se ve de lejos,
un luchador cosido con fuerza y con ternura.
Tienes una sonrisa como un sol de invierno
y una hemorragia de vainilla interior.
Envejeces cuando dejas de amar.
Tienes muchos sueños que tirar del ovillo
y un puñado de amigos que te adoran y están
cuando las ratas abandonan el barco.
Permítete un rato el lujo de la tristeza,
luego compra una escoba, sácala de tu alma,
la primavera estalla en lirios y minifaldas.
Encontrarás la excusa para que el corazón
trepe de nuevo al árbol y se ponga a bailar.
Ya sabes donde estoy: donde escuchan las rosas.
Mi móvil siempre está despierto para ti.

ÁNGEL PETISME


martes, 28 de octubre de 2014

Un poema de Juan Bonilla

DENOMINACIÓN DE ORIGEN: EXTRANJERO

La patria es estar lejos de la patria:
una nostalgia de la infancia en noches
en que te sientes viejo, una nostalgia
que sube a tu garganta como el agrio
sabor del vino en las resacas duras.

La patria es un estado: pero de ánimo.
Un viejo invernadero de pasiones.
La patria es la familia: ese lugar
en el que dan paella los domingos.

Una patria es la lengua en la que sueñas.
Y el patio del colegio donde un día
bajo una lámina de cielo oscuro
decidiste escapar por vez primera.

Mi patria está en el cuerpo de Patricia:
mi himno es su gemido, mi bandera
su desnudez de doce de la noche
a ocho de la mañana. Tras la ducha
mi patria va al trabajo, yo me exilio.

JUAN BONILLA



jueves, 25 de septiembre de 2014

Estado de hibernación, un poema de peces transparentes

ESTADO DE HIBERNACIÓN



Ya no sé por qué sigue mi sed escayolada.



Por qué sigue hibernando mi conciencia

en este estercolero de palabras

en el que me revuelco.



Hay otras soledades

que abrevan en la mía.



Manos que se sostienen

con un dolor más largo que tu ausencia.



Hay servidumbres aplastando otras almas

con una virulencia semejante al granizo

cuando revienta cosechas de amapolas.



Hay alfileres clavadas en todas las pupilas que me miran.



Y yo mido el desconsuelo por pulgadas.



Y sé que más allá de mis cadenas

están los que no miden

porque ya han aceptado

que la línea enredada de sus penas



tiende -como la mía- al infinito.


JULIA CONEJO






miércoles, 17 de septiembre de 2014

Un poema de Luis Cernuda

RAZÓN DE LÁGRIMAS

La noche por ser triste carece de fronteras.
Su sombra en rebelión como la espuma,
rompe los muros débiles
avergonzados de blancura;
noche que no puede ser otra cosa sino noche.

Acaso los amantes acuchillan estrellas,
acaso la aventura apague una tristeza.
Mas tú, noche, impulsada por deseos
hasta la palidez del agua,
aguardas siempre en pie quién sabe a cuáles ruiseñores.

Más allá se estremecen los abismos
poblados de serpientes entre pluma,
cabecera de enfermos
no mirando otra cosa que la noche
mientras cierran el aire entre los labios.

La noche, la noche deslumbrante,
que junto a las esquinas retuerce sus caderas,
aguardando, quién sabe,
como yo, como todos.

LUIS CERNUDA


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Un poema de César Vallejo

CONSIDERANDO EN FRÍO, IMPARCIALMENTE...

Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...

Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa...

Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...

Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...

Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...

Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...

Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito...

le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué más da! Emocionado... Emocionado...

CÉSAR VALLEJO